Cada día encontramos más alimentos, de origen natural, que son clasificados dentro de este grupo. Quinoa, chía, aceite de coco, espirulina, chlorella, maca, levadura nutricional…. Algunos buenos ejemplos de productos que, por sus buenos nutrientes y micronutrientes, poseen propiedades y beneficios que nos hacen considerarlos como “súper alimentos” o “superalimentos” (es más frecuente esta última denominación, aunque su ortografía sea menos correcta). También es fácil encontrarlos con el nombre de superfoods. Aunque algunos de estos productos de moda puedan parecer muy exóticos hay alimentos en nuestro entorno más cercano, como un buen aceite de oliva, el ajo o la jalea real, que también podrían considerarse superalimentos si tenemos en cuenta su valor nutritivo y lo que contribuyen al mantenimiento de un estado saludable.
Existen superalimentos especialmente recomendados para diferentes personas o grupos como, por ejemplo, los deportistas. Un error significativo sería creer que, por consumir estos beneficiosos productos, nos podemos olvidar del resto de nuestra alimentación. No son milagrosos. Veámoslos como una buena ayuda más dentro de una dieta variada, que es la más conveniente.